Ciclos. Procesos. Cambios. Todo me hacen una máquina infinitamente distinta a tí e incluso a mí. Hace apenas unos años yo no era yo, era toda tan ajena, tan llena de ideas falsas y no propias, actitudes que apenas y me pertenecían, sueños que eran los de los demás...hasta que dije BASTA.
¿Por qué desperté? Porque empezé a alejarme de mi esencia, porque siempre quisieron que fuera otra, porque se empeñaban en hacer de mí lo que ellos querían. ¿Qué de quién hablo? De mi familia, en esencial, mi madre. Siempre tan obstinada en hacer de mí aquello que ella hizo, las limitaciones y las ideas que tampoco le eran propias, quería inculcarmelas. Y no me dejé, quizá tarde pero reaccioné. Y Miroslava siguió creciendo, pero tomando un camino distinto, nunca volví a ser la oveja del rebaño ni la artística utopia de mi mamá.
Y entonces dije:
→Mi vida no está en México.
→Voy a estudiar psicología.
→...y me dedicaré a la criminalistica.
→No soy la copia de mi mamá.
→Mi hermana no es mi responsabilidad.
Y peor:
→No sólo me gustan los niños.
¿QUEEEEEE? Esquizofrenia, sí...ese es el auto-diagnóstico: enfermedad mental aguda caracterizada por hacer ajeno lo propio, es decir el impedimento de la fronesis personal. Había vivido entre cuatro paredes, todas ellas, marcaban un límite impuesto por alguien que nucna fui yo, lo que podía hacer, no lo sabía, lo que podía ser, menos. Así que poco a poco me fui transformando, fui aceptandome y con ello me alejé de muchas ideas, la religión y la iglesia entre ellas, la familia y su supuesta unificación, mil cosas más.
Y empezó el proceso, a pesar del hecho que mucha gente no reparó en ello cada vez fui menos afectiva y poco menos entregada (situación que anteriormente me conflictuaba demasiado), me dediqué menos a la escuela y salí de fiesta; decidí que a psicología era lo mío y no habría prorróga, me uní con mi espiritú y me encontré. No lo niego, me alejé de mi familia y me ensimisme durante lapsos muy largos de tiempo; dejé a un lado tanta sensibilidad y me llene de coraje, la fortaleza que me proporcionaba el llanto callado era enorme, me impuse a mi familia y dejé de ser una niña. Empecé mi historia con las mujeres y brinqué.Y aunque mi intento por matar a Miroslava fue en vano, poco de ella quedó, y logré pronunciar mi nombre con orgullo para que así cada que alguien más lo pronunciara se le cortara el aliento, y si decía "es una cabrona" lo dijera con la misma certeza que yo lo construí. Con eso mi familia se mantuvo al margén de mis preocupaciones, poco ya sabían de mí y aunque fui obvia en cuanto a mi bisexualidad nada de mi boca les confirmé hasta hace dos semanas.
En dos semanas el mundo se me ha venido abajo; les confirmé que era bisexual, que tenía pareja (Victoria), que me valía lo que los demás dijeran y aparte de todo ello, mi agnosticismo era irrefutable, no deseo tener presente a Dios en mi vida como ente creador de todas las cosas, sentencié que tan grande como han concebido a su Dios, tan grande yo me considero. Así, soy capaz de ser mi Diosa y de fanatizarme tanto como ellos, con orgullo grito mi nombre, mi preferencia y mi profesión, no me detiene la naturaleza ni las imposiciones absurdas de la sociedad, mi mundo gira en torno a mis decisiones y a mis preferencias, nadie me dice lo que debo hacer.
Y, ¿qué pasó después?. Pues se sintieron tan ajenos a ellos, no se dieron cuenta a qué hora dí el salto para ser lo que soy y no lo que fuí, mi madre no se percató a qué hora me corté el cordón umbilical y dejó de ser mi necesidad. Entonces me acusaron de ser lo peor, como Michael que descendio a los infiernos después de haber sido arcángel, él mismo hizo su condena...pero, ¿le preguntaron acaso si la disfrutaba? Porque yo sí, la disfruté la mayoría del tiempo, hubo cosas que me causaron lágrimas de pánico y horas tremendas de silencio, muchas veces el espíritu me negaba tanta fortaleza porque incluso yo me creía otra, pero fue fácil ceder al final.
Yo sé que no es lo que esperaban, sé que es de lo más dificíl. Sugirieron cambiara de nuevo, pero jamás volverá la niña de hace apenas unos años; quizá me resten cinco años cerca de mi familia y los haré llevaderos, pero pongo a juicio la consideración de que una persona como yo no necesita la vulnerabilidad en el ejercicio de su profesión, y es acaso sólo mi amante quien me puede encontrar permeable en algunas situaciones, pues sé que será mi felicidad la que construyo y ahora la de nadie más.
Finalmente, pido dos favores: Victoria, quédate conmigo, construyamos juntas el amor y no nos dejemos vencer, que situaciones como éstas serán pequeñas a comparación de lo que nos espera fuera de nuestro círculo familiar; no te rindas y toma mi mano por siempre; no quiero verte con nadie que no sea yo. Y papá, mamá, ésto es lo que soy y ya no está en mis manos volver el tiempo atrás porque nos ha sido destinado un cambio permanente de crecimiento y aprendizaje; así que ambas partes debemos aceptar lo que nos corresponde, y si alguna vez se preguntan qué fue lo que me hizo cambiar, fueron ustedes mismos quienes me marcaron la pauta para dejar mis niñerías y aprender de la soledad.
"Caminante no hay camino, se hace camino al andar, y al volver la vista atrás SE VE LA SENDA QUE JAMÁS SE HA DE VOLVER A PISAR".
Etiquetas: amor, aprendizaje, cambios, camino, Dios, psicología, religión, Victoria